miércoles, 22 de septiembre de 2010

Tania Brugera, infatigable.


Si algo hay que reconocerle a la artista cubana Tania Bruguera es su activismo. Activismo en doble sentido: el que remite a su actividad incansable de artista que hoy está en la bienal de La Habana, mañana en la bienal de Venecia, despues en un festival internacional de performance en Bogotá y luego realizando sendas muestras individuales en la bienal de Pontevedra, en la galeria Juana de Aizpuru de Madrid y en el mismísimo Centro Pompidou y ayer mismo en Murcia (21.09.10), inaugurando su intervencion en el PAC, el Proyecto de Arte Contemporáneo dirigido por el curador y critico de arte Cuauhtémoc Medina. Y activismo en el sentido político del término: todas esas actividades, al igual que otras que no he enumerado, las ha realizado Tania con un propósito político, que no es otro que el de ofrecer a los espectadores y participantes en sus obras la posibilidad de experimentar la política, de vivirla en carne propia,en una época en la que nuestra relación con la politica, aparte de unidireccional, es incorporea y puramente ideológica. La obra que se inauguró ayer es ejemplar en ese sentido porque pretende que quienes se acerquen a ella y se decidan a participar con sus propias manos en la pintura de la misma están participando a su manera - que es la manera del arte - en la huelga general convocada por los sindicatos para el miercoles 29 de septiembre, en protesta por la reforma laboral que viene de aprobar el parlamento español y que supone un severo recorte en los derechos adquiridos por los trabajadores al cabo de decadas de duras luchas. La obra se titula inequívocamente La huelga general y consiste en un mural de figuras humanas delineadas sobre uno de los muros del antiguo templo de Las Verónicas, que pueden y deben ser rellenadas de color por los espectadores siguiendo el método de zonas numeradas empleado en los libros infantiles y del que se valió en su dia Andy Warhol para ironizar sobre la autoría de la obra de arte garantizada por la ejecucion manual de la misma. La huelga general está ahora mismo en el aire, con los sindicatos presionados por el gobierno con la exigencia de unos servicios mínimos cuyo cumplimiento haria de la huelga una caricatura de sí misma y con unos medios de persuasión masiva bombardeando sistemáticamente a la opinión publica con mensajes desalentadores y anuncios de que la huelga va a resultar un fracaso. Pero esa incertidumbre añade interés a la pieza de Tania porque de alguna manera se ha constituido en un termómetro de hasta qué punto los aficionados al arte que se acerquen en estos días a verla están dispuestos a empuñar el pincel y ponerse a pintar para hacer público con ese gesto su apoyo a la huelga.

martes, 21 de septiembre de 2010

Dash Snow ¿ Nuevo heroe juvenil ?

La leyenda es antigua y sus antecedentes son sobre todo decimonónicos y literarios: el joven Werther, Shelley, Rimbaud, Lautremont… todos ellos muertos al cabo de una vida breve y tan intensa que la misma parecía la mejor de sus obras. O por lo menos el aval indiscutible de la calidad excepcional que había terminado por reconocerse a las mismas. En el mundo del arte reencarnaron esta leyenda en la escena neoyorquina de los años 80 Keith Haring, Jean Marie Basquiat, el propio Robert Mappelthorpe víctimas de sus propios excesos en la vida y en el arte como también lo fueron, y con más intensidad si cabe, Sid Vicious y Kurt Colbain, estrellas desquiciadas del rock. Pero yo daba por definitivamente descartada esta leyenda en el mundo del arte de hoy, donde la rebelión juvenil interpretada modélicamente en el cine por James Dean ha sido domesticada completamente mediante la institucionalización y comercialización del ¨ arte joven ¨. Y la propia vida de los jóvenes artistas se parece cada día más a la de un profesional liberal con una excelente formación universitaria que busca racionalmente el éxito que a la de un profeta melenudo y extraviado sin aparente remedio en paraísos artificiales. Estaba equivocado. Y quien me ha sacado del error ha sido la Galerie du Jour apres de Agnès B de Paris, que inauguró hace pocos días ( 09.09.10) 3+ 1, una exposición de homenaje a Dash Snow, un artista neoyorquino muerto de sobredosis el año pasado cuando apenas contaba con 27 años de edad, al cabo de una vida dominada por la pasión desmedida por las sustancias psicotrópicas, y al término de una carrera artística marcada - según ha contado Philippe Azoury en las páginas del diario Liberation - por la misma actitud irreverente con la que promovió la formación de un colectivo cuyo nombre Irak Crew, no solo jugueteaba con la espantosa guerra de Irak sino también con las palabras, porque puede traducirse, dependiendo de la entonación, tanto como la ¨banda de Irak ¨ como la ¨banda del mas cabrón ¨. Snow era o pretendía ser ´el más cabrón ´, y probablemente lo era para el círculo de amigos que le reían la gracia, entre los que figuraban Harmony Korine y Ryan McGinley que son los otros dos artistas que exponen obras en esta singular exposición de homenaje.
O sea que la célebre cadena de moda y complementos agnés b. store worldwide apuesta, en el comienzo de la temporada parisina, por un artista como Snow, cuya modélica biografía de víctima precoz e incandescente de si mismo se presta perfectamente a cualquier operación de reencarnación y enésimo relanzamiento de la leyenda del héroe juvenil. Yo dudo sin embargo del éxito en esta ocasion de dicho relanzamiento. Y no solo por mi inviterada resistencia a los fascinantes cantos de sirena del marketing sino porque tanto las tempranas polaroids del subway neoyorquino como las tardías fotografías fantasmales de Snow me resultan reiterativas, mediocres, prescindibles. E imposibles de redimir por el simple hecho de que su autor fue un aprendiz de chico malo que, a los 26 años de edad, ya fue incluido en la lista de los 10 artistas jóvenes más prometedores de América elaborada por Kelly Crow para The Wall Street Journal, y que al año siguiente fue hallado muerto por sobredosis de heroína en un hotel del East Side. Demasiado poco para tan desaforados propósitos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Brea. El adios.


La última vez que le ví con vida fue en la inauguración de la exposición Fetiches críticos, en el Centro 2 de Mayo de Móstoles. Estaba extremadamente delgado pero eso no me preocupó porque ya lo estaba cuando tantos nos reunimos a escucharle en la sede madrileña de Off Limits, en una ocasion de la que ya dí cuenta en su dia en este mismo blog. Entonces estaba amable y sonriente - como lo estaba tambien en la inauguracion del 2 de Mayo - y esa jovial actitud suya bastó en ambas oportunidades para que apartara de mi cabeza los sombrias especulaciones alimentadas durante meses por las noticias sobre los ataques malignos y recurrentes del cáncer. Habia demasiada alegría en esa sonrisa y demasíada intensidad en esa mirada como para darle crédito en realidad a la amenaza inminente de la muerte. Pero desgraciadamente ella seguía allí, implacable, sin darse en ningún momento por vencida, y el miercoles 1 de septiembre en la noche, cobró su atroz victoria. Yo solamente lo supe ayer viernes cuando, en el curso de una conversacion telefonica, Darío Corbeira me preguntó a quemarropa: ¨¿Sabes algo de la muerte de Brea ? ¨. Y yo - sorprendido, abrumado - sólo atiné a responder, desde el fondo de una incredulidad todavía intacta, con otra pregunta: ¨¿ Es que acaso se ha muerto?¨ . ¨Sí, eso me han dicho y yo pensé que tú sabrías algo¨ - replicó Darío. ¨ No, ni idea... Habría que llamar a José Manuel Costa y preguntarle- respondí titubeante. ¨ O a Armando Montesinos, que era su gran amigo¨- sugirió Dario. Quedamos en llamarlos y en llamarnos cuando alguno supiera algo. Entonce recordé un encuentro de hace muchos años, cuando José Luis estaba empleado en el Ministerio de Cultura - siendo Cármen Giménez la directora general de bellas artes, según creo recordar - y yo ejercía la critica de arte en la revista Cambio 16. Era un viernes, creo, y en la redacción me habían pedido que escribiera sobre una exposición de Cy Twombly que se inauguraría la semana siguiente. Como me faltaba documentación sobre la misma fui a ver a Brea en su despacho del ministerio a pedirsela. Y no solo me dió el dossier de prensa sino que espontáneamente me ofreció un catálogo sobre este gran pintor americano recientemente editado en Italia y - que según él - me sería de mucha utilidad a la hora de cumplir el encargo de la revista. ¨Pero eso sí, tienes que devolvermelo después de que lo utilices porque - aclaró - es mío y no del ministerio¨. Qué extraña y qué ajena a la conciencia es la obra de la memoria, que te hace recordar de repente un episodio que dabas por completamente sepultado por el aluvión de recuerdos de tantos otros encuentros que mantuvimos a lo largo de todos estos años. E igual de enigmático me resulta el hecho de que junto a ese recuerdo intempestivo haya hecho presencia simultánea el olvido, bajo la forma desasosegante de esta pregunta: ¿ Y al final le devolvi o no el catalogo de Twombly a Brea? ¨.
Ahora no lo se, ni quizás lo sepa nunca, pero, en cambio, sí sé - porque me lo contó Costa- que Jose Luis quiso que su funeral fuese tan discreto como él mismo lo fue en vida. Y que tuvo una conciencia tan clara de la inminencia de su fin, que la víspera de su muerte subió a la página Web de Salón Kritik - otro de sus numerosos y fecundos proyectos editoriales - un ensayo muy antiguo que, por ese gesto suyo de recuperación, ha adquirido el valor y el sentido de un testamento. Se titula ¨Los últimos dias ¨y lo escribió para exponer las intenciones y los propósitos con los que realizó la selección de artistas y de obras incluidos en la exposición del mismo titulo, celebrada en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, en el marco de la Expo universal de 1992. Leerlo o releerlo es confirmar la obstinacion y la coherencia de auténtico filósofo con las que Brea ejerció su prolongada tarea de critico de arte y de analista de las sucesivas mutaciones experimentadas por la cultura contemporánea en las cuatro últimas décadas, y que le valieron el reconociemto hasta de sus mas solapados adversarios y detractores. La obstinacion de quien hasta el último dia seguía pensando que la vida que actualmente padecemos es ¨ intolerable ¨ y que el orden que la rige es mas ¨ sangriento ¨y ¨cruel ¨ de lo ¨ que podría ser cualquier experimento en el legitimo ejercicio del intento de revocarlo ¨.
Para mí no hay duda: la muerte de Brea es un desastre muy dificilmente reparable.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El entierro del YBA

La rueda de la fortuna de la moda sigue rodando incesantemente sin consiga impedirlo ni la dureza de la crisis que seguimos padeciendo ni esa ´refundacion del capitalismo ´ tantas veces prometida y tantas veces aplazada. En realidad el capitalismo sigue allí,tal cual, como el dinosaurio del cuento de Augusto Monterroso, y junto con él la moda y desde luego el mercado del arte que según la prensa económica se ha vuelto a animar en la gama alta - al igual que lo han hecho las ventas de mansiones, yates y coches de lujo - y que está reclamando de sus agentes el diseño de nuevas estrategias de marketing con las que seducir de otra manera a los compradores de siempre. Y de paso atraer a quienes podrían incorporarse a selecto club del coleccionismo,despues de que lo hicieran los rusos y los chinos. O sea, los millonarios hindués, los brasileños, los nigerianos. Sea por la razon que sea, lo cierto es que los gestores del mercado del arte británico han decidido tomar la iniciativa, proponiendo un nuevo producto, que en su caso es una nueva generacion de artistas británicos, destinada a suplantar y, en definitiva, a propinarle el puntillazo final al YBA, el brand que en su día tantos beneficios le reportó a ese mismo mercado. Esto es por lo menos lo que deduzco del reportaje que publicó a mediados de agosto en el diario The Independent de Londres, la periodista Hannah Duguid. Ella anuncia en el mismo el irremediable derrocamiento de Damian Hirst y su impetuosa pandilla y su reemplazo por una generación, en la que figuran Conrad Shawcross, Henry Hudson, Shezad Dawood y Eloise Fornieles, entre otros. Lo interesante - lo sintomático si se quiere - es que este relevo generacional tiene, para Duguid, un sello de clase, porque mientras los del YBA eran ´impetuosos ´ y ´rudos ´ y en su mayoría habían conocido la crudeza de la infancia en los barrios obreros, quienes vienen a reemplarlos son una privilegiada generación ´silver spoon ´ que la propia periodista define el título de su crónica en estos términos: ´The intellectual, affluent and well connected new generation ´. ´The work of this new generation- abunda Nick Hackworth, el director artístico de la londinensa Paradise Row Gallery, citado por Duguid - is more thoughtful, beautiful, elegant and profound ¨. Y por lo mismo ofrece un abierto contraste con la generacion YBA que, añade Hackworth, ¨ tried to provoke outrage through a direct relationship with the people¨. Pero no solo son bellas y elegantes las obras de estos sepultureros de Hirst & Cia, tambien ellos son igualmente ´ beautifuls and elegants ´- concluye risueño Hackworth.